La aromaterapia fue usada para hacer el aceite de la unción y el incienso, Jehová le enseño a Moisés como debía hacerlo, cuando leemos en Éxodo 30, una de las indicaciones es que escoja especies finas: de mirra excelentes y su peso de quinientos siclos. Comprendemos que la aromaterapia exige una calidad y precisión de sus ingredientes para obtener un buen resultado.

22 El Señor habló con Moisés y le dijo: 23 «Toma las siguientes especias finas: quinientos siclos de mirra líquida, doscientos cincuenta siclos de canela aromática y otro tanto igual de caña aromática, 24 quinientos siclos de casia, según el peso oficial del santuario, y un hin de aceite de oliva. 

Éxodo 30: 22-24

Para conseguir la pureza del aceite debe ser cultivada y cosechada orgánicamente, con esto quiero decir sin quimicos y sinteticos, el olor del aceite es de la planta que nace, generalmente son aceites claros, no turbios y su color cambia según la planta. Una de las recomendaciones que da a Moisés para hacer el aceite es que será superior con alta calidad, como lo haría según el arte de los perfumistas.

Con estos ingredientes prepararás el aceite, tal como lo hacen los expertos en preparar perfumes. Este será el aceite santo de la unción.

Éxodo 30:25

Para conocer un aceite de calidad los precios deben variar, un aceite de rosa siempre es más costoso que otros aceites, algunos aceites pueden ser sintéticos, indicar que son aceites de segunda o tercera destilación, deben estar envasados en botellas de vidrio oscura. Algunas personas dejan de usar la aromaterapia por experiencias negativas como alergias o irritaciones una de las causas es la falta de su pureza. El aceite tiene una función ¿para que le debemos usar?, en caso de Moisés Jehová le dijo ungirás el tabernáculo y todo lo que corresponde, así lo consagraras y serán cosas santísimas.

28 el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente y su base. 29 Así los consagrará, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado. 30 Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrará para que sean mis sacerdotes.

Éxodo 30:28-29

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